martes, 21 de octubre de 2008

Entre muertos y comidas

Entre muertos y comidas
Seguramente usted como yo en más de una ocasión habrá celebrado con un sabroso mucbilpollo a los files difuntos.Recordar a los muertos es una práctica común en todo el mundo. Unos rezan por las ánimas, otros les hacen ofrendas y muchos más visitan los panteones.Pero los yucatecos tenemos algo muy nuestro, algo que nos distingue del mundo entero: el mucbilpollo enterrado.No se si alguna vez te has preguntado de dónde viene esa sabrosa tradicional conque celebramos a los fieles difuntos.Desde luego la heredamos de nuestros ancestros, de los mayas para quienes la veneración de sus deudos era sagrada.Historiadores y cronistas, como Fray Diego de Landa y Cogolludo aseguran que entre los mayas no exitían cementerios. El maya sepultaba a sus muertos en el patio de su casa. El entierro de sus deudos lo hacía cada familia a espaldas de su casa, donde era abierta una fosa y en la misma tierra, sin ataúd, colocaban el cadáver y le introducían en la boca cierta cantidad de masa de maíz bien cocida, llamada "keyem", o pozole en español, para que pudiera alimentarse mientras reposaba. Dice la tradición oral que debido a esa práctica indígena de sepultar a los muertos en casa para tenerlos cerca, a fin de poderles ofrendar presentes, como alimentos, frutas y ceras, nació la costumbre de hacer en los días de difuntos los "pibil-uahes" o "mucbipollos que, al igual que a los difuntos, los enterraban en el patio de la casa, sin más molde que una hoja de plátano. De ahí el "Hanal-Pixan", que quiere decir: "banquete de las ánimas".

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